Aida Jimeno, Directora Senior de Operaciones en ITW Construction Europe
Se habla desde hace tiempo de la importancia de la rehabilitación y la eficiencia energética como palancas necesarias para un cambio estructural en el sector. ¿Cuál es su opinión sobre el momento actual del mercado? ¿Hemos avanzado lo suficiente durante los últimos años?
Empiezo por la última pregunta. Se ha avanzado, pero no suficientemente. Si no recuerdo mal, una de cada 400 viviendas de España tiene una cualificación energética A, eso es un porcentaje irrisorio. Más de 20 millones de viviendas deben rehabilitarse en los próximos años ya que no tienen certificación energética. Sólo para alcanzar los objetivos marcados por Europa deberíamos rehabilitar más de 30.000 al año.
Esto de por sí ya responde al momento en el que estamos en el mercado, tenemos mucho por hacer, especialmente en el envolvente de las viviendas, pero también en aspectos como energías renovables, climatización o ahora que estamos en este momento de sequía extremo, en el aprovechamiento de recursos.
De hecho, en las dos plantas de producción de nuestra unidad, una en Burgos y otra en Middelfart (Dinamarca) empezamos ya hace años con las mejoras energéticas y la rehabilitación de las mismas, lo que nos aporta muchos beneficios. Eso es lo que debe mirar cualquier persona, que rehabilitar y ser eficiente energéticamente, no sólo ayuda al planeta, supone mejoras directas sobre los resultados de la compañía, los costes de los productos, el bienestar de los equipos, todo son ventajas.
Los objetivos de la Unión Europea son muy ambiciosos en el horizonte 2030 y 2050 en rehabilitación energética, lo que también supone una oportunidad para el desarrollo del sector. ¿Cuál cree que será el devenir de la rehabilitación, la reforma, la eficiencia energética y las instalaciones a medio y largo plazo? ¿A qué desafíos se enfrenta?
Si debemos dejar un planeta mejor a los que vienen, no son tan ambiciosos, lo son por el hecho de que hemos estado atrasando las decisiones que sabíamos que deberíamos tomar. Obviamente los objetivos deben ser alcanzables, pero deben tener la ambición necesaria para solucionar el problema, sino son meros deseos.
El principal desafío es sin duda la falta de profesionales cualificados. Realizar un SATE o una instalación de placas solares en una cubierta, precisa de profesionales que lo realicen conforme a como corresponde, con la calidad y prestaciones adecuadas. Hoy, falta mano de obra, lo cual condiciona enormemente la calidad, el presupuesto, la disponibilidad, puntos clave en cualquier reforma.
No debemos olvidar la cadena de suministro, con la incidencia en zonas de conflicto que retrasan o encarecen los transportes. Precisamente, para evitar eso, estamos recuperando producciones de Asia, las cuales estamos trasladando de nuevo a Europa, como es el caso de una serie de clavos de nuestra marca PASLODE que se producían hasta hace un año en Asia y que desde hace meses producimos en nuestra planta de Burgos.
Uno de los principales problemas más acuciantes del sector es la falta de mano de obra, en buena medida por la falta de relevo generacional. ¿Cómo cree que se podría paliar esta situación y atraer talento y mano de obra a nuestro mercado?
Para mí es el principal. Las personas son el eje principal de todas las organizaciones. Tener un equipo preparado, formado y motivado es la clave del éxito de cualquier empresa. Este es un punto clave de los valores de ITW, sobre el que trabajamos y mejoramos cada día.
Debemos acercarnos a los centros de formación, universidades y FP, ambos nos darán los profesionales del futuro. En ITW colaboramos con una docena de centros en España, desde colaboraciones como la que tenemos con la Universidad de Burgos y el proyecto de moto eléctrica de competición del equipo UBURacing, fuente de futuros ingenieros, hasta centros de FP como el IES Miralbueno de Zaragoza o más recientemente el IES Antonio Machado de Alcalá de Henares, centros que forman a los instaladores del futuro, a los que les hemos hecho donación de herramientas de nuestra marca SPIT.
La empresa y los centros de formación deben aproximarse. Debemos hacer atractivo el sector para los jóvenes, sector que tras los años de la crisis de primeros de los 2000 perdió ese reclamo y por eso ahora la falta de profesionales es ya preocupante. Debemos abrir el sector a la mujer. Si la mitad aproximada de los españoles son mujeres, no es normal que menos del 10% de las personas del sector de la construcción lo sean. En la mujer tenemos miles de futuras instaladoras, albañiles o arquitectas con las que nutrir el sector y esa también es una oportunidad para el sector, un claro win win, mayor empleo femenino, mejora en la diversidad, cubrir la falta de profesionales, todo son ventajas.
Resumiendo, aproximación empresa y centros de formación, atractivo del sector e incorporación de la mujer.