Tradicionalmente, el calzado de seguridad se asociaba a modelos robustos y pesados, que se diseñaban para resistir condiciones extremas. Sin embargo, en los últimos años ha habido un cambio de paradigma, una transición hacia la comodidad, un aspecto cada vez más valorado por los trabajadores, según se destaca en el informe elaborado por iRehabitae en su último número.
Además, el mercado de calzado de seguridad en los sectores de construcción, rehabilitación, reforma e instalaciones está en constante evolución, por la innovación tecnológica y la creciente concienciación sobre la seguridad y el bienestar de los trabajadores. Aunque históricamente cada tipo de trabajo solía tener su propio calzado específico, la tendencia actual se dirige hacia una mayor personalización. Como apunta una de las marcas que ha participado en el estudio, se puede hablar de un modelo de calzado específico para cada tipo de tarea dentro de un mismo entorno laboral, por lo que la prescripción juega un papel clave.
En construcción y reforma se requiere un calzado altamente resistente, con suelas antideslizantes y protección contra impactos, pero también debe ser confortable.
La actualización de la norma EN ISO 20345:2022 ha introducido cambios significativos en los requisitos de seguridad y rendimiento del calzado de protección, que reflejan la evolución en comodidad, rendimiento y seguridad.
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