Fernando Landecho, Responsable de la campaña “Arquitecto de la casa” del COAM
Arquitecto por la Universidad Politécnica de Madrid, Vocal de la Junta Directiva del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) y Responsable de la campaña “Arquitecto de la casa”, Fernando Landecho nos explica las líneas maestras de esta iniciativa lanzada recientemente. “Creemos que el arquitecto es el profesional más cualificado para la conservación de los edificios, puede coordinar los trabajos de mantenimiento con una visión global a corto, medio y largo plazo, pensando en la conservación de los edificios y convirtiendo la rehabilitación en una oportunidad de mejora”.
Para Landecho, la antigüedad del parque inmobiliario de nuestro país supone una oportunidad para el desarrollo del sector de la rehabilitación. “Es más necesaria que nunca porque necesitamos ahorro energético, mejorar el confort y mayor equidad social”, afirma.
Uno de los objetivos de la campaña es “conseguir que la sociedad vea al arquitecto como alguien cercano que puede mejorar su edificio“, nos explica.
¿Cómo puede un arquitecto influir para un mejor mantenimiento y conservación de un edificio?
La primera condición que debe tener es conocimiento y confianza. Conocimiento del edificio, de la comunidad de propietarios y de las necesidades de los usuarios. Esto le permite hacer previsiones a corto, medio y largo plazo. El objetivo del arquitecto es ayudar a las comunidades de propietarios en su papel de asesor, acompañando y ayudando al mantenimiento y conservación de los edificios y viviendas. En definitiva, desde la prevención se puede conservar, rehabilitar y mejorar.
En esa línea se enmarca la campaña “Arquitecto de la casa”. ¿Cuáles son las líneas fundamentales de la misma?
Lo que se busca a través de esta campaña es trasladar a la sociedad la idea de que un arquitecto de la casa puede hacer el mismo papel que un médico de familia. Puede prever los problemas de un edificio a tiempo, saber qué se necesita y tomar medidas de mantenimiento preventivo. La vivienda es un valor fundamental que puede ganar valor o devaluarse en función de su conservación. Hay medidas concretas que siempre se pueden realizar, como es el caso del saneamiento, que provoca problemas de agrietamiento a lo largo del tiempo si no se realiza un adecuado mantenimiento. Ir resolviendo los problemas que surjan y tenerlos previstos puede ayudar a ahorrar a las comunidades de propietarios, porque una rehabilitación estructural es muy costosa. Con intervenciones periódicas se puede solventar de un modo más sencillo y económico todo lo que tiene que ver con cubiertas, instalaciones, etc. Lo mismo sucede si pensamos en intervenciones en eficiencia energética, que se pueden ir programando a lo largo del tiempo. Hablamos de la mejora del aislamiento de las fachadas, las cubiertas y ventanas, la sustitución de calderas, eliminación de materiales tóxicos, instalación de ascensores, mejora de las zonas comunes, etc.
La figura del arquitecto no se suele asociar por las comunidades de vecinos como un actor clave en el devenir de los edificios. Se piensa más en la figura del Administrador de Fincas. ¿Cómo puede cambiar esta visión?
Tiene que cambiar necesariamente. Las comunidades de propietarios deben saber diferenciar entre el papel del Administrador de Fincas, que se ocupa de los elementos económicos, sociales y de derecho del edificio, y el arquitecto, que está especializado en la parte edificatoria. Ambos tienen que ir de la mano, deben colaborar porque esto irá en beneficio de la comunidad de propietarios. El Administrador de Fincas cumple un papel fundamental, pero debe trabajar de un modo conjunto con el arquitecto en la conservación y mantenimiento del edificio.
¿De qué manera se puede potenciar la figura del arquitecto como un profesional que ayuda a la conservación y rehabilitación de los hogares?
Como Colegio de Arquitectos la campaña que hemos puesto en marcha “Arquitecto de la casa” es también un servicio público. A través de la misma servimos de apoyo a nuestros arquitectos, pero también a la sociedad, porque todo lo que se haga para mejorar nuestros edificios también va en beneficio de la misma. A veces, la rehabilitación no sería necesaria si existiese un correcto mantenimiento. Animo a que las comunidades de propietarios prueben a trabajar con un arquitecto porque van a comprobar que realiza un servicio necesario y eficaz. La principal misión del arquitecto de la casa es mantener a punto los hogares para que sean más seguros, aumenten su valor y mejoren la calidad de vida.
Esta iniciativa quiere facilitar también los procesos de rehabilitación de los edificios, y desde la prevención, evitar derramas innecesarias, ¿verdad?
Unida a la figura del arquitecto de la casa, debemos hablar de la importancia del mantenimiento, que significa un ahorro directo de costes. El mantenimiento resulta fundamental para hacer una previsión de gastos en una comunidad de propietarios. Y ahí también resulta fundamental el papel de un arquitecto, que puede tener una visión global a corto, medio y largo plazo, y que convierta la conservación y rehabilitación del edificio en una oportunidad de mejora. Evitar derramas, muchas veces costosas y a veces casi inasumibles por parte de los propietarios, es uno de los objetivos fundamentales del arquitecto de la casa.
También facilita que la revisión de la ITE resulte más sencilla por su conocimiento del edificio, de los documentos técnicos y su papel en la gestión de todo el proceso, ¿no?
La ITE es como un examen para los edificios y realiza una labor muy positiva. Precisamente, el COAM ha enviado 5.600 cartas y folletos informativos a las comunidades de vecinos que este año tienen que pasar la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en la ciudad de Madrid para informarles de que pueden contar con la ayuda de un arquitecto de la casa. La labor de un arquitecto también ayuda a que la revisión de la ITE resulte más sencilla porque conoce el edificio, dispone de los documentos técnicos y se encarga de gestionar todo el proceso. Pero aquí también habría que insistir más en la necesidad del mantenimiento del edificio a lo largo del tiempo, que se realizasen los trabajos necesarios sobre el mismo poco a poco. El arquitecto tiene una visión global del edificio, a través del “Libro del Edificio Existente” puede realizar un seguimiento constante del mismo y encargarse de incorporar todas las modificaciones que se vayan realizando. Es una herramienta que hace la función de historial médico del edificio y que se adapta perfectamente a la figura del arquitecto de la casa.
La entrevista completa estará disponible en el número de mayo de iRehabitae.
