Ángela Baldellou Plaza, Directora del Observatorio 2030 del CSCAE
Con apenas un semestre de año por delante, desde el sector seguimos hablando de las bondades de la rehabilitación, de los beneficios para la salud, para nuestro bienestar y para mejorar nuestra calidad de vida, seguimos hablando de las posibilidades de mejorar la habitabilidad de nuestras viviendas, de reducir nuestra demanda energética y, consecuentemente, nuestra factura y del impacto en el medio ambiente, de revalorizar nuestros inmuebles… Con un parque edificado tan envejecido, hay un enorme margen de mejora. La oportunidad que tenemos ante nosotros es abrumadora y repercutirá en un cambio de modelo sectorial, en su modernización, en creación de empleo y, lo más importante, en la mejora de nuestras ciudades y entornos.
Somos insistentes. El sector está volcado en impulsar un cambio cultural hacia la puesta en valor de la rehabilitación y la regeneración. Tenemos mucho margen de mejora. En España, con apenas 30.000 rehabilitaciones al año, estamos muy por debajo de las cifras de otros países de nuestro entorno y de las que tendríamos que alcanzar para adecuar nuestro parque a las condiciones de habitabilidad, accesibilidad, eficiencia y calidad exigibles y a las nuevas formas de habitar de una sociedad que está cambiando y necesita respuestas integrales.
Los visados muestran un crecimiento contenido; algunas empresas y profesionales advierten de que las ayudas no están llegando, lo que nos recuerda que tan importante como activar las ayudas en todas las comunidades autónomas es agilizar la tramitación de los expedientes, preservando todas las garantías para los ciudadanos, y activar canales y herramientas que faciliten la difusión, información y gestión a esa gran parte de la población que va a ser beneficiaria de esos fondos y que, en muchos casos, sigue sin saber muy bien en qué consiste la “ola de renovación”.
Desde los Colegios de Arquitectos seguimos formando a los técnicos y, desde entidades como el Observatorio 2030 del CSCAE, seguimos generando materiales como guías e informes, recopilando casos ejemplares, organizando webinars (http://www.observatorio2030.com/iniciativa/rehabilitaccion) e impulsando, a través de las Oficinas de Apoyo a la Rehabilitación de los COAS, la información y la agilización de los tramites, convencidos de la importancia y los beneficios para la ciudadanía de aprovechar el contexto de oportunidad que han abierto los fondos europeos e ir más allá para transformar uno de los parques de viviendas más antiguos de Europa.
¿Qué está ocurriendo entonces? Ciertamente, las tensiones en la geopolítica mundial, desatadas, sobre todo, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, la inflación, la subida de los tipos de interés, los altos costes de la construcción y la incertidumbre económica generalizada no contribuyen a activar la demanda. Al contrario. Aunque los datos de la Red de Oficinas de Apoyo a la Rehabilitación de los Colegios de Arquitectos reflejan que hay interés en rehabilitar, y, aunque las ayudas y las reformas e incentivos fiscales marcan ese contexto de oportunidad, la coyuntura económica actual está conteniendo la decisión de las familias.
Es necesario que reaccionemos juntos para dinamizar esta palanca que nos brinda al sector de la edificación una oportunidad de oro para apostar por una renovación que nos garantice un futuro estable. No solo somos un sector estratégico para la economía, sino también para la descarbonización. Ya nos comprometimos con ello firmando en noviembre de 2019, de manera masiva con más de 1000 entidades, la “Declaración del sector de la edificación ante la emergencia climática”, promovida por el Observatorio 2030 del CSCAE. Los compromisos que allí se asumían debieran ser parte de la hoja de ruta de la descarbonización y servir para su monitorización y seguimiento. (http://www.observatorio2030.com/iniciativa/declaracion-del-sector-de-la-edificacion-ante-la-emergencia-climatica)
En paralelo, desde el sector tenemos muchos desafíos que resolver en el camino para acometer con eficacia las respuestas que nos demandan las oportunidades, uno de los más urgentes es la falta de mano de obra cualificada que se deriva de la falta de un relato conjunto y alineado que hable de un nuevo sector que, apuesta por su modernización, por la formación y que resulte atractivo, especialmente para los jóvenes. El sector se sigue asociando con un viejo modelo relacionado con muchos clichés. Esto conlleva dificultad para atraer y retener talento y mujeres porque no acaban de percibir la necesidad de esos nuevos perfiles que necesitamos tanto para afrontar la digitalización, la industrialización, la sostenibilidad, y que pueden ofrecerles una carrera profesional estable. Falta apostar y construir un sector profesionalizado que cimente una estructura fuerte donde las personas se sientan parte de un proyecto de futuro. ( http://www.observatorio2030.com/iniciativa/titulo-de-la-iniciativa-1 )
Además falta generar en la ciudadanía confianza, y transmitir fiabilidad, y para ello falta destinar recursos a comunicar mensajes unívocos, estrategia conjunta, visión de futuro, una acción consensuada, en la que Administraciones Públicas, empresas, industria, asociaciones, patronales, sindicatos, fundaciones, centros de investigación, universidades y profesionales de distinta índole, involucrados en el proceso, trabajemos de la mano, unidos, con rigor y eficacia, con autoexigencia y compromiso colectivo firme y con una mirada integral a medio y largo plazo. Ése es el objetivo del Observatorio 2030 del CSCAE y por lo que trabaja desde que se creó, en octubre de 2018.
El sector debe seguir haciendo su parte, aportando a las Administraciones soluciones a los problemas; ofreciendo propuestas y apostando por la acción conjunta en torno a los grandes objetivos comunes. Nuestro futuro dependerá de lo que demostremos ahora.
Nos encontramos en un contexto en el que tenemos de telón de fondo La Ley de Calidad de la Arquitectura, que pone en el centro la calidad del entorno construido y en el que las nuevas directivas nos van marcando un camino hacia la asunción de, cada vez, más responsabilidades y compromisos hacia la descarbonización y la sostenibilidad de nuestra cadena de valor. Este contexto pone la mirada en el ciclo de vida del proceso edificatorio y en nuestro impacto en la sociedad y el medioambiente, donde la vivienda cobra un necesario protagonismo, como parte esencial que es, del estado de bienestar, y donde el sector debe ser capaz de ofrecer una mirada técnica y rigurosa de la problemática y proponer soluciones a la demanda de vivienda asequible (www.affordablehousingactivation.org ). Además, se está revisando el modelo de ciudad, la regeneración urbana y el papel del espacio público. Por ello, debemos apostar con valentía por forjar sinergias y fortalecer alianzas, con generosidad y con respeto mutuo. Porque nuestro sector, como vemos, está en el centro del diseño del mundo que queremos para nuestros hijos.
Anticipar los desafíos en tiempos de incertidumbre resulta esencial. Afrontarlos unidos, es vital.
Frente a un compromiso colectivo, no podemos delegar responsabilidades.
La construcción del futuro y el futuro de la construcción están en nuestras manos. “Time to RESET”.
