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La rehabilitación crecerá un 3,8% en España en 2025, pero el mercado se ralentizará los dos años siguientes

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El último informe Euroconstruct de verano ofrece una fotografía en general favorable del sector de la construcción en España, que crecerá un 4,2% en 2025, en buena medida gracias al impulso de la edificación residencial. Casi en la misma medida crecerá la rehabilitación, con un avance del 3,8%, que se verá matizada en 2026 y 2027. Por otro lado, la previsión en el conjunto de los países analizados por el estudio apunta a que 2025 será un año de estancamiento.

El ITeC – Instituto de Tecnología de la Construcción ha presentado recientemente el informe de verano 2025 que elabora para el grupo Euroconstruct. Francisco Diéguez, Director General del ITeC, y Josep Ramon Fontana, Responsable de Análisis y diagnosis del mercado de la construcción del ITeC, han sido los encargados de dar a conocer los resultados del último estudio en dos eventos celebrados en Barcelona y Madrid.

Francisco Diéguez ofreció los resultados del estudio para nuestro país. «En el anterior informe señalábamos cómo el sector construcción español entraba en el año 2025 con suficientes argumentos para asistir a una aceleración de la producción. Y es que en el tramo final del 2024 hubo un repunte en la cartera de proyectos, impulsado por la bajada de los tipos de interés, la estabilización de los costes y el inminente cierre de la ventana de oportunidad de los fondos Next Generation», explicó.

En el caso de la rehabilitación, el informe destaca que este segmento ha esperado con impaciencia a que se materializasen las grandes expectativas generadas por el programa de ayudas sufragado por los fondos Next Generation. En la fase de arranque del programa, los efectos fueron muy discretos y se extendió el temor de que España sería incapaz de sacar todo el partido a esta oportunidad. Conforme se acerca el final de las ayudas, se asiste a un repunte de solicitudes que invitan a pensar que ahora el reto será ejecutar todos estos nuevos proyectos en los plazos requeridos por la UE. Este ‘sprint’ en la tramitación lleva a revisar al alza la previsión 2025 hasta el 3,8%, si bien el crecimiento tenderá hacia el 1,5% en 2027 debido a la retirada de las subvenciones. «Las familias también han apostado por la reforma de sus viviendas porque tiene un efecto positivo sobre la revaloración de las mismas», destacó Francisco Diéguez.

Crecimiento del 4,2% en el sector construcción para 2025
Sobre el papel, el deterioro económico causado por la guerra comercial desatada por Estados Unidos no debería interferir en todo este flujo de obra, con lo cual se espera un crecimiento del 4,2% del sector construcción en 2025. En principio, 2026 será el último año de vigencia de los estímulos a la rehabilitación y las infraestructuras, lo cual puede alimentar un cierto clima de urgencia de última hora que contribuirá a que el sector continúe su tendencia positiva (3,5%). Pese a todo este crecimiento, el sector construcción español aún mantendrá un nivel modesto de producción con respecto a las medias europeas. Como tampoco hay riesgos de stock excesivos, es verosímil una proyección 2027 en clave continuista (2,5%).

La edificación residencial es el mercado que contribuirá más a ese aumento de ritmo productivo en el sector. Ha roto con la tendencia de los años anteriores y ha abandonado lo que parecía su zona de confort (en torno a las 110.000 viviendas iniciadas por año) y podría alcanzar las 150.000 viviendas en 2026. La lista de condiciones para que esto se materialice es algo larga, pero en general parecen razonablemente realistas: que continúe el abaratamiento del crédito, que el sector consiga movilizar un extra de capacidad productiva, que los precios no sobrecalienten en exceso el mercado inmobiliario y que la promoción pública finalmente se sume a la creación de oferta, tal como se han comprometido desde diferentes administraciones. La previsión se sitúa en la franja del 6 al 7,5% en 2025-2026, y en torno al 4% en 2027.

Por el momento, en el segmento de la edificación no residencial aún no hay una alarma generalizada ante el riesgo de que la inversión inmobiliaria se retraiga ante la mayor incertidumbre global. Gracias al extra de crecimiento económico de los últimos años, España ha ido ganando una cierta ventaja competitiva ante otros polos de inversión, que de momento no se ve especialmente amenazada. Sin embargo, buena parte de esa demanda inversora parece nutrirse del stock no residencial ya construido, de manera que la cartera de nuevos proyectos lleva unos años bastante estabilizada al convivir segmentos en retroceso (industria, oficinas, sector primario) con otros avanzando moderadamente (comercial, logística, salud, educación). Se contempla un periodo, 2025-27, con tan solo crecimiento testimonial, entre el 1 y el 2,5%.

En ingeniería civil, los vientos de cola proporcionados por los fondos NGEU parecen más fuertes que los que soplan en sentido contrario. Últimamente, el principal problema han sido los costes de construcción, puesto que la regulación de la contratación pública hace que España sea un mercado muy vulnerable en este tipo de situaciones. No está claro si los costes volverán a resentirse, si se ralentiza la desinflación o si el comercio mundial se resiente debido a los aranceles. También habrá que ver cómo se comporta la inversión en infraestructuras tras la finalización del NGEU y con unos presupuestos más escrupulosos con el déficit y más comprometidos con la defensa. Por todo ello, la previsión contempla una clara desaceleración, pasando del 2,8% de crecimiento en el 2025 a solo un 1,6% en el 2027, que aún podría ser más contundente si no se contase con el repunte de la obra local al calor de las elecciones municipales del 2027.

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