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Elena Longarela: “Los Fondos Next Generation representan una oportunidad para la rehabilitación y mejora del parque de viviendas”

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Elena Longarela, Directora de Estrategia Comercial y Transformación de Nedgia

En su opinión, ¿puede el gas natural contribuir a mejorar las emisiones del parque de viviendas?

Los Fondos Next Generation representan una oportunidad para la rehabilitación y mejora del parque de viviendas en las diferentes comunidades autónomas.  Estas ayudas están sujetas a la reducción de la demanda energética anual global de calefacción y refrigeración del edificio en un 25% (zona climatización C) o 35% (zona D y E) y a la reducción del consumo de Energía Primaria no Renovable (EPnR) de al menos un 30% 

Según datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, aproximadamente 10 millones de los hogares en nuestro país tiene más de 40 años y su calificación energética se sitúa entre las letras E, F y G en casi el 85% de los casos. Esto se traduce en más emisiones y menos ahorro energético.  

El mejor sistema para descarbonizar el parque de viviendas es el uso de gas renovable en los aparatos de gas; hay otras alternativas también renovables pero esta es la más económica y sencilla de usar: nuestros actuales equipos de gas pueden consumirlo. El biometano es una realidad y su distribución a través de las redes de gas irá aumentando hasta llegar al 100% antes de 2050.

El biometano es un gas renovable de características análogas al gas natural convencional cuya importancia en la transición energética se ha puesto de relevancia especialmente desde el comienzo de la crisis de precios y de suministro derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. De hecho, el Plan REPowerEU de la Comisión Europea, concebido para acelerar la desconexión de Rusia, le otorga un papel protagonista en la consecución de los objetivos de independencia energética europeos, ampliando hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo comunitario de producción para 2030.

La oportunidad de que España se convierta en futuro hub gasista europeo mediante el desarrollo de gases renovables, como el biometano y el hidrógeno verde, es cada vez más evidente. En concreto, el biometano se perfila como una de las grandes claves, no solo para la transformación del mix energético a corto plazo, sino también para avanzar hacia la descarbonización de la economía. En este sentido, España cuenta con un potencial de producción de biometano –una fuente de energía renovable y autóctona- de 163 TWh/año, una cifra que permitiría cubrir en torno al 45% de la demanda nacional de gas natural y cuyo desarrollo podría haber supuesto un ahorro de unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética en 2022, por la reducción de las compras a países terceros.

Una gran parte del gas renovable proviene de procesos de economía circular mediante el tratamiento y valorización de residuos de materia orgánica, el residuo se convierte en energía, además los sectores agropecuario y agrario serán los grandes productores de esta energía limpia generando puestos de trabajo y riqueza en las áreas rurales, fijando población en la “España Vaciada”.

¿Es el gas natural un sistema que mejora la eficiencia de la calefacción?

El paso a un sistema más eficiente de calefacción a gas puede ser uno de los más sencillos y económicos para muchas viviendas antiguas. En este sentido, Nedgia, la principal distribuidora gas natural de nuestro país, está ofreciendo ayudas independientes y complementarias a las ya mencionadas que permiten sacar el máximo provecho a esta oportunidad de la rehabilitación.

No podemos olvidar que en España aún existe un parque de viviendas importante con calefacción a gasóleo y, en menor medida, a carbón, así como un consumo importante de butano en zonas donde existe redes de gas.  Migrar estos consumos a gas natural o renovable tiene un impacto inmediato positivo en emisiones de CO2, además de suponer una reducción total de contaminantes locales que mejorarían significativamente la calidad del aire.  Adicionalmente, se elimina el CO2 y la polución urbana provocada por las cadenas de aprovisionamiento de estos combustibles (el gasóleo, el butano o el carbón se transportan en camiones o furgonetas que circulan por las ciudades).  

Si consideramos por ejemplo las emisiones asociadas a las calderas centralizadas de gasoil que aún alimentan a 300.000 usuarios, podríamos evitar 792.000 Ton CO2/año sustituyéndolas por biometano y si sustituimos las calderas centralizadas de carbón (10.000 usuarios) totalizaríamos 1 Ton CO2/año. Esto equivale a plantar 6 millones de árboles.

España sigue siendo un país con una penetración muy baja en consumo de gas natural respecto al resto de la UE, que provoca que aún se consuma una cantidad no menor de combustibles menos eficientes.  Esto conlleva un alto grado de emisiones de GEI y otros contaminantes, por lo que la rehabilitación se ha convertido en un sector clave que hay que potenciar y desarrollar especialmente en los aspectos relacionados con la disminución de consumo de energía.

La mejora de eficiencia con la renovación y/o transformación de equipos obsoletos por equipos de condensación de última generación se estima entre un 25% para equipos de GO o GN y un 50% para CARBON y la reducción de emisiones de CO2 entre un 35% para cambio de GO a GAS y un 60% para CARBON a GAS.

¿Qué perspectivas cree que tiene el sector de la rehabilitación y la eficiencia energética en 2023? ¿Será el año del despegue definitivo?

Los objetivos marcados por la UE y suscritos por los países miembros implican acelerar espectacularmente el ritmo de rehabilitación energética de los edificios. 2023 debería ser un año en el que se impulsen los mecanismos de colaboración público-privada; que se realice un plan de divulgación y que se ponga en funcionamiento la figura del agente rehabilitador para que se aúnen esfuerzos y se facilite la decisión de los ciudadanos y la posterior tramitación de todo el proceso. También es imprescindible el desarrollo de planes intensivos de formación de personal especializado, puesto que la carencia de esta mano de obra es uno de los frenos al desarrollo de estos proyectos.

Si aprovechamos bien las oportunidades que nos brinda la transición energética, podemos en un futuro cercano contar con edificios con consumo energético para calefacción y ACS reducido, que usen un combustible con emisiones netas cero o incluso negativas, alcanzando el nivel de consumo casi nulo (ECCN).  Y lo mejor, es que, en el caso del gas, son soluciones combinables con otras fuentes renovables como la energía solar.

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