Patricia Pimenta, VP Home and Distribution de Schneider Electric
Se habla desde hace tiempo de la importancia de la rehabilitación y la eficiencia energética como palancas necesarias para un cambio estructural en el sector. ¿Cuál es su opinión sobre el momento actual del mercado? ¿Hemos avanzado lo suficiente durante los últimos años?
En los últimos años, hemos observado un creciente reconocimiento de la importancia de estas áreas. El 2023 ha sido un año en que la electrificación de edificios y viviendas ha tenido un gran impulso por la crisis energética, y está cobrando especial importancia la gestión energética de la vivienda.
Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer. Aunque se han realizado avances significativos, la magnitud de los retos actuales, particularmente en línea con los ambiciosos objetivos de la Unión Europea para 2030 y 2050, que refuerza la reciente Directiva Europea de Eficiencia Energética en los Edificios (EPBD), indica que siempre hay margen de mejora.
Teniendo en cuenta que el 80% del parque inmobiliario actual de la UE seguirá en uso en el 2050, necesitamos más iniciativas que impulsen la rehabilitación de viviendas.
Los objetivos de la Unión Europea son muy ambiciosos en el horizonte 2030 y 2050 en rehabilitación energética, lo que también supone una oportunidad para el desarrollo del sector. ¿Cuál cree que será el devenir de la rehabilitación, la reforma, la eficiencia energética y las instalaciones a medio y largo plazo? ¿A qué desafíos se enfrenta?
Los objetivos son ambiciosos, pero a la altura de la crisis climática y la urgencia de llamar a la acción. Aproximadamente el 75% del parque inmobiliario actual es ineficiente, esto quiere decir que gran parte de la energía consumida se desaprovecha. La rehabilitación residencial juega un papel crucial en la descarbonización del sector.
La digitalización cambia totalmente las reglas del juego, creemos firmemente que la solución es un mundo más eléctrico y digital. La electrificación es capaz de desplazar a los combustibles fósiles, un claro ejemplo de ello es la modernización de sistemas solares y bombas de calor eléctricas en los hogares.
Con tecnología podemos hacer visible lo invisible. Nuestros edificios tienen que ser más inteligentes y estar más conectados para poder medir y monitorizar nuestros consumos haciendo así, hogares más eficientes, conectados y personales.
Por lo tanto, veremos como seguirá acelerando la vivienda inteligente. Estas iniciativas deberían impulsar soluciones de control residencial que nos ayuden a optimizar el consumo de energía, así como a tomar decisiones que optimicen los costes energéticos de una vivienda.
Los propietarios necesitan disponer de toda la información necesaria para gestionar sus hogares de forma eficiente, y ser capaces de monitorizar las operaciones de la vivienda. El objetivo es conseguir saber dónde, por qué y cuándo consumimos, y qué hacer para reducirlo. No podemos mejorar lo que no conocemos, ni reducir lo que no medimos.
Aunque recordemos que ¡La mejor energía es la que no consumimos!
Uno de los principales problemas más acuciantes del sector es la falta de mano de obra, en buena medida por la falta de relevo generacional. ¿Cómo cree que se podría paliar esta situación y atraer talento y mano de obra a nuestro mercado?
La escasez de mano de obra, especialmente debido a la falta de relevo generacional, es un reto significativo. Para abordar esto, es imperativo fomentar iniciativas que promuevan las profesiones relacionadas con la rehabilitación y la eficiencia energética. Esto incluye programas de formación que refuercen sus conocimientos digitales, así como herramientas que les facilitan el trabajo y les abren nuevas oportunidades y beneficios en el sector. Es el caso de nuestros programas de Partners. Además, la innovación y la adopción de tecnologías avanzadas también pueden hacer que estas profesiones resulten más atractivas para las nuevas generaciones.