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Barcelona acoge la Mesa Redonda de Detección bajo el lema “Hogares seguros frente a los incendios. Víctimas Cero”

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Variedad de soluciones y un alto nivel profesional han marcado la Mesa Redonda de Detección que TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, organiza anualmente. “Hogares seguros frente a los incendios. Víctimas Cero” ha sido el lema de la jornada que se ha celebrado en la sede del Colegio de Enginyers Graduats i Enginyers Técnics Industrials de Barcelona.

Laia Liébana, presidenta de la Comisión de Seguridad contra Incendios i Emergencias del Colegio, dio la bienvenida a los asistentes y comentó la necesidad de este tipo de jornadas que ponen de manifiesto la voluntad de mejorar la seguridad frente a los incendios en los hogares”. Laia recordó las cifras de 2021 que “revelan que 152 personas murieron en incendio de vivienda, o lo que vendría a ser lo mismo, aproximadamente una persona cada dos días”.

A continuación, dio paso a Lluis Marín, coordinador Comité Sectorial de Fabricantes de Equipos de Detección de TECNIFUEGO, que presentó la campaña iniciada hace unos meses por la Asociación con el “objetivo #VíctimasCero”: “se trata de un paradigma con el que se quiere trasladar una misión ambiciosa a la sociedad y a los profesionales en general, el trabajar hacia ese objetivo de víctimas cero por incendio”.

Lluis Marín analizó la situación en nuestro país, mostrando ejemplos de grandes incendios. Por un lado, insistió en la necesidad de modificar la legislación en España en consonancia con las legislaciones de otros países europeos, como Inglaterra, Alemania, Francia o Países Bajos. Y por otro, añadió el factor envejecimiento de la población, que la hace más vulnerable ante un incendio.  “Si además nos fijamos en el parque de viviendas antiguas, y los cambios que se producen en los riesgos:  muchos aparatos electrónicos que utilizan baterías o los nuevos dispositivos de micromobilidad, que provocan conatos de incendio, observamos claramente la necesidad de un cambio en la legislación, que recoja la instalación de equipos de protección contra incendios”. Igualmente se hace necesario un cambio en la mentalidad que ponga especial atención a la prevención. Otro factor a tener en cuenta, añadió Lluis Marín, es el de la retroactividad: “La legislación no afecta al parque antiguo de las viviendas”.

Marín alertó de las carencias de la legislación española en este sentido, “mientras que en un buen número de países de la unión europea se ha regulado el uso de detección de incendios en el interior de la vivienda. En el sur y el este de Europa no está regulado (Austria, Chequia, Alemania, Reino Unido, Irlanda, Holanda, Bélgica, Francia, Dinamarca, Lituania, Letonia, Estonia, Noruega, Suecia, Finlandia). Debemos tender al mismo objetivo de los países punteros para proteger nuestras viviendas”.

En este sentido, Neus Aragonès, gerente del Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lleida, recomendó que leyes como la de la vivienda puedan incidir en que el parque de viviendas ya construidas mejore con alternativas que se implementen para reforzar la PCI.

Por su parte, Mariano de Leonardo, miembro del Comité de Ingeniería, Instalación y Mantenimiento de TECNIFUEGO, insistió en la falta de concienciación y que en numerosas comunidades de vecinos no hay sistemas de PCI instalados, y cuando sí los hay es importante informar sobre cómo funcionan. “Es imprescindible saber manejar los equipos de PCI… sin embargo, en muchas fincas no hay ni extintores. Por ello, veo imprescindible ir mentalizando a todo el mundo, y que el presidente de la comunidad sepa las responsabilidades que contrae”.

Otros aspectos que se deben mejorar, según matizó Mariano de Leonardo, es la instalación generalizada de detección, el mantenimiento y la gestión del sistema: “en general, no se instala detección, solo en edificios en altura y en parking. Respecto al mantenimiento está el problema de la privacidad y la complejidad de entrar en las viviendas o en los trasteros. Y en cuanto a gestión del sistema, se deben atender los paneles que nos conducen al lugar donde se da la alarma”.

 “Yo veo fundamental concienciar al usuario de que los sistemas de detección son muy fáciles de usar, y donde estén instalados atender y gestionar adecuadamente las alarmas. Otra cosa es el parque de viviendas en zonas más desfavorecidas, ahí financiar la instalación de detección por parte de las autoridades debe ser una prioridad”, matizó De Leonardo.

Carles Noguera, jefe del Servicio de Prevención, de la Generalitat de Cataluña, por su parte, planteó la necesidad de que el sistema verifique las alarmas, para que al servicio de Bomberos solo entren alarmas verificadas.  “Desde el Ministerio se ha planteado un grupo de trabajo, liderado por TECNIFUEGO, y otro que incluye todas las CCAA. Ahora estamos intentando resolver cómo podemos hacer mantenimiento de un sistema de detección en una vivienda. La tecnología actual puede hacer resolver en este sentido”.

Noguera adelantó que todos los implicados “estamos de acuerdo en proteger las viviendas con detección”. Igualmente insistió en la importancia de la divulgación, “debemos insistir y explicar a los ciudadanos las ventajas que supone instalar detección. Ahí es donde está el margen de mejora en la protección real de una vivienda. Para divulgar esta iniciativa, los colegios de administradores de fincas pueden ser los catalizadores de estas recomendaciones”. Por ello, para Noguera es tan importante la participación de todos los organismos en la sensibilización sobre la protección contra incendios que consiga movilizar a la sociedad en general.

En opinión de Víctor Molinet, jefe de la Unidad de Normativa y Prestacional, Ayuntamiento de Barcelona, quien tiene que aprender cómo funciona un detector y su debido mantenimiento es el usuario. “Hay que hacer mucha divulgación para que el usuario sepa qué hacer en caso de incendio, para qué sirve un detector, etc.”.

Molinet planteó tres iniciativas para conseguir el objetivo de PCI en vivienda: a corto plazo, obligatoriedad a través de la legislación; a medio y largo plazo, concienciación para un cambio en la cultura de la prevención; y financiar la instalación de detectores en viviendas económicamente vulnerables: “estas tres patas son necesarias para avanzar”, señaló.

Lluis Marín, en este momento, planteó la problemática de que en los edificios más antiguos no se ha tenido en cuenta la regulación por parte del CTE, y la urgencia de resolverlo. Para conseguirlo se deben aunar esfuerzos entre todos. Por ejemplo, dirigiéndose a la responsable de Allianz, preguntó por el papel del seguro en la implementación de detección en vivienda construida: “¿El mundo asegurador se ha planteado que para asegurar una vivienda esté protegida con detectores?”.

Beatriz Martínez del Campo, responsable Oficina de Ingeniería de Prevención, de Allianz, contestó que “esa posibilidad existe”. Con los datos de los incidentes, el sector asegurador analiza el problema y pone la solución, más allá de la normativa. “Por ejemplo, el CTE obliga a instalar detección en edificios de más de 28 m de altura de evacuación, en Allianz lo limitamos a 25 m. Ponemos nuestros propios requisitos a la contratación, teniendo en cuenta la construcción: altura, antigüedad, etcétera.”.

Carles Noguera destacó que, a la hora de plantear mensajes de prevención, todos los edificios pueden tener riesgo, incluidos los edificios nuevos. “Todos tenemos riesgo de incendio -dijo-, también en las segundas residencias, o en edificios nuevos. Debemos hacer un análisis del riesgo, implementando una cobertura básica como es la detección. La divulgación no es suficiente, hay que implementar las medidas de protección activa adecuadas”.

Laia Liébana, por su parte, pidió una reflexión sobre cómo transmitir el mensaje y qué hacer para reducir muertes por incendio en vivienda. Planteó tres iniciativas por segmentos. En vivienda nueva, obligatoriedad de instalar medidas activas de PCI, como un sistema de detección. En vivienda antigua, que la legislación sea retroactiva, y en población más desfavorecida económicamente, la implantación debe correr a cargo de la administración correspondiente.

La siguiente cuestión que surgió en la Mesa fue si la tecnología ayuda en conseguir más seguridad y eficacia, por ejemplo, la función de los detectores puntuales. En este sentido, Antonio Vinuesa, presidente del CTN23/SC·3, donde se trabaja en la normativa de detección, comentó que efectivamente existe tecnología, pero hay que llegar a consensos sobre qué tecnología es la más adecuada y dependiendo para qué tipo de edificio. “Según las estadísticas, los incendios se producen en mayor parte en viviendas de población vulnerable, pero en estos casos un solo detector por vivienda no sirve para proteger, y luego está el apartado del mantenimiento: quién mantiene el detector. Esto no es un camino perfecto, y hay que ir por partes. En Francia, han optado por obligar a instalar un detector autónomo por vivienda, aunque no es suficiente, algo es algo. En Inglaterra es obligatorio instalar un detector desde 1997, pero tras el incendio en Grenfell se exigió un cambio en la legislación”.

Vinuesa aseguró que la tecnología actual presenta muchas soluciones, pero el problema viene por la propiedad, y en este sentido es importante que la gente sepa quién es el responsable en una finca, y poder acceder al interior de la vivienda. “Por ello, es imprescindible la colaboración de la administración para hacer obligatorias algunas medidas de seguridad”. Se debe instalar detección eficiente en la comunidad, un sistema de detección centralizado y conectado que notifique las incidencias a una central y también al exterior, a una CRA. Primero en zonas comunes, como trasteros, descansillos, aparcamiento, y después pasar a la vivienda, donde también se debe instalar protección integral -no un solo detector autónomo-, y todo ello bajo la revisión de un profesional.

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