La aerotermia es una tecnología de moda. La demanda de instalación de este tipo de equipos se ha disparado en los últimos años por ser una solución perfecta en busca de la descarbonización de la edificación con el objetivo de llegar a la neutralidad climática en 2050.
Los cierto es que las marcas que operan en el mercado observan cierta ralentización en los últimos meses, pero al mismo tiempo son optimistas sobre su evolución, en buena medida por la reducción de los tipos de interés y porque los cambios normativos favorecen a esta tecnología.
El mercado registró unas cifras positivas en 2023, según los datos de la patronal del sector, AFEC. La facturación fue de 1.490 millones de euros en el segmento “Climatización, bombas de calor y ACS”, con un crecimiento del 21,3%.
Los últimos datos de la Asociación Europea de Bombas de Calor (EHPA), que analiza las ventas en 14 países, no fueron tan favorables, con una caída del 5% en 2023 respecto a 2022, pasando de 2,77 millones a 2,64 millones, lo que supuso un cambio de tendencia sobre la última década.
Sin embargo, EHPA estima que en 2030 se alcanzarán los 60 millones de unidades instaladas en Europa, con unas ventas anuales en torno a los 12 millones de equipos.
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