Marina Alonso, Marketing Manager de URSA
Se habla desde hace tiempo de la importancia de la rehabilitación y la eficiencia energética como palancas necesarias para un cambio estructural en el sector. ¿Cuál es su opinión sobre el momento actual del mercado? ¿Hemos avanzado lo suficiente durante los últimos años?
Desde que se aprobaron las ayudas europeas post COVID 19 a la rehabilitación de edificios, para la reactivación de la economía, el avance del sector ha sido notable. ¿Es suficiente? Sinceramente, creo que no debemos conformarnos mientras nuestro parque edificado siga necesitando dar pasos de gigante hacia su descarbonización.
Tenemos que trabajar en que, el final de las subvenciones a la rehabilitación, que están gestionando las Comunidades Autónomas, no suponga una ralentización del sector. Las rehabilitaciones son una intervención que siempre va a ser rentable, porque la inversión se recupera vía ahorros energéticos.
Los objetivos de la Unión Europea son muy ambiciosos en el horizonte 2030 y 2050 en rehabilitación energética, lo que también supone una oportunidad para el desarrollo del sector. ¿Cuál cree que será el devenir de la rehabilitación, la reforma, la eficiencia energética y las instalaciones a medio y largo plazo? ¿A qué desafíos se enfrenta?
Todos debemos ser ambiciosos, sobre todo si queremos cumplir con los objetivos de descarbonización de 2030 y 2050 que hemos asumido. Es cierto que nos enfrentamos a incertidumbres sobre si seremos capaces de alcanzar estos objetivos que pasan por la rehabilitación de 19 millones de viviendas antes de 2050, pero debemos poner toda la carne en el asador para conseguirlo.
La media de edad de nuestros inmuebles es de 45 años y su calificación energética está entre la E y la F, lo que los convierte en auténticos despilfarradores de energía que hay que renovar.
Será muy positivo si las Comunidades Autónomas lanzan nuevas líneas de subvenciones que contrarresten la inflación o los altos precios de la energía, la falta de mano de obra y otros problemas a los que se enfrenta el sector.
En la cara positiva de la moneda, una reactivación del mercado de la rehabilitación va a mejorar las posibilidades de trabajo de los españoles y crecimiento del país, sobre todo en términos de creación de riqueza, innovación, equidad y empleo.
Uno de los principales problemas más acuciantes del sector es la falta de mano de obra, en buena medida por la falta de relevo generacional. ¿Cómo cree que se podría paliar esta situación y atraer talento y mano de obra a nuestro mercado?
Pues tenemos que abrir el mercado de trabajo a otros colectivos que tradicionalmente no han estado representados en el sector de la construcción como pueden ser las mujeres o los jóvenes. En URSA, por ejemplo, no hacemos distinción de género en las ofertas de trabajo que realizamos para todo tipo de trabajos. Poco a poco, hemos visto como las mujeres se han ido incorporando a diferentes puestos, incluso a las líneas de producción en fábrica. Si no les brindamos la posibilidad de elegir, nunca lo harán.
Por otra parte, debemos trabajar entre todos para que el sector ofrezca puestos de trabajo atractivos, bien remunerados y estables. Solo de esta forma, conseguirán una fuerza laboral cualificada y a largo plazo.
Por último, no podemos olvidar el fomento de la formación profesional para los jóvenes que les brinden los conocimientos y posibilidades de llegar a ser profesionales capacitados para un sector como la construcción.
